miércoles, 18 de abril de 2007

Trabajar con los pies “en la tierra”.

Al obtener un premio tan importante en periodismo como el Pulitzer, la lógica hablaría de ostentar y buscar quizás un beneficio de este mismo. Simplemente acá, la lógica no se cumple.

Andrea Elliot, periodista chilena-estadounidense ganadora del Pulitzer 2007, solo celebró el mismo día lunes junto a sus compañeros de trabajo, al día siguiente junto a sus profesores de su universidad y probablemente en alguna cena más íntima o familiar. Y como se dice en buen chileno “eso seria no más”; Andrea busca volver al anonimato que tenía hasta antes de este galardón.
Frente a esto, surge la idea de cómo ella busca volver a la simpleza de su trabajo, a reencontrar una nueva historia que investigar y seguir realizando lo que más le agrada que es escribir. Su premio, claro que pasa a ser parte importantísima de su currículo, pero para Andrea el efecto que provoca éste pasa a ser de tan solo un par de días, una breve celebración es suficiente; mostrando que la sencillez es parte relevante al momento de saber quién uno es y lo que uno puede dar.

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